Congestión en puertos de EE.UU. provocan costosas demoras

viernes, 8 de mayo de 2015


Camiones deben esperar horas para ingresar a diversos terminales.
La congestión de los grandes puertos de EE.UU. se está volviendo cada vez más común, un problema que podría tener implicaciones profundas para los US$900.000 millones de bienes transportados hacia y desde ese país todos los años por barcos de contenedores.
El lento movimiento de las importaciones y exportaciones ilustra la forma en que la logística del comercio global ha quedado terriblemente desincronizada. Las empresas de transporte marítimo están desplegando navíos cada vez más grandes. El largo de algunos superaría la altura del edificio Empire State de Nueva York. Pueden llevar más del doble de cargamento que sus antecesores y son más eficientes en su consumo de combustible que buques más pequeños. Para asegurarse de que puedan viajar lo más llenos posible, las líneas navieras han formado alianzas para combinar sus cargamentos.
Sin embargo, los colosos flotantes están abrumando muchos puertos de EE.UU. que no fueron construidos para lidiar con esos “superbuques”. De los 10 puertos con más actividad de EE.UU. por volumen de contenedores, según los cálculos de la Asociación Estadounidense de Autoridades Portuarias, al menos siete tienen problemas regulares de congestión.
En Newark, estado de Nueva Jersey, una escasez de chasis -armazones que se usan para sacar contenedores por camión- está contribuyendo a que se formen filas de kilómetros. En Los Ángeles y Long Beach, las llegadas de barcos enormes y el crecimiento de las alianzas navieras han sido responsables de que terminales se congestionen durante meses, lo que deja a los barcos esperando cerca del puerto para amarrar y descargar. Esa situación fue exacerbada por una disputa sindical en puertos de la costa oeste de EE.UU. que se resolvió en febrero.
Los grandes buques “han agobiado la infraestructura al punto del colapso”, dice Jock O’Connell, asesor de comercio internacional de Beacon Economics LLC en Sacramento, California. Debe haber “un esfuerzo concertado para repensar y rediseñar los puertos para acomodar estos barcos más grandes y los cargamentos adicionales que están generando”, asegura.
Es probable que la situación empeore. El volumen de contenedores en puertos estadounidenses ha crecido de forma constante desde la recesión y alcanzó máximos históricos en 2014 en muchas terminales de la costa este. Entre 2010 y 2040, se proyecta que el volumen de comercio de contenedores de EE.UU. con el noreste de Asia .que representa la mayor parte del comercio de contenedores del país- aumente a más del triple, según un estudio del Departamento de Transporte de EE.UU. de 2013.
Los puertos de la costa oeste ya reciben “megabuques” que transportan hasta 14.000 contenedores que llegan desde Asia a través del Océano Pacífico, mientras que los de la costa este están recibiendo navíos con 10.000 contenedores provenientes de Asia a través del Canal de Suez. Ese volumen aumentará cuando se complete la expansión del Canal de Panamá, el año próximo. El canal más ancho y profundo permitirá que barcos con hasta 13.000 contenedores viajen camino a la costa este de EE.UU., comparado con embarcaciones que llevan 5.000 contenedores actualmente.
En tanto, se prevé que suba el costo de la congestión portuaria para los minoristas y, en última instancia, sea trasladado a los consumidores.
Frank Layo, estratega del rubro minorista de la consultora Kurt Salmon, pronostica que los costos acumulados por los retrasos de envíos podrían ascender a US$7.000 millones este año y llegar a US$37.000 millones en 2016. Prevé que algunos minoristas desvíen cargamentos desde Asia a rutas más costosas para evitar los puertos congestionados de la costa oeste de EE.UU. Los consumidores podrían “sentirlo en la forma de desabastecimientos masivos y aumentos de precios”, señala.
Los menores precios del combustible podrían ayudar a compensar los costos de las congestiones, pero no está claro si las navieras trasladarán ese ahorro a los clientes, señalan analistas.
Los problemas no se produjeron de la noche a la mañana. La inversión de las autoridades federales y los gobiernos estatales y municipales en los puertos estadounidenses y la infraestructura relacionada -como caminos y líneas ferroviarias- en su mayoría se detuvo durante la recesión. Asimismo, los menores volúmenes de carga afectaron las finanzas de los puertos, lo que limitó su capacidad de realizar inversiones significativas en grúas más grandes y otras mejoras, dice John Martin, economista marítimo de Martin Associates en Lancaster, Pensilvania.
Cuando la economía comenzó a recuperarse, las navieras empezaron a desplegar más “megabuques” a los puertos de EE.UU., años antes de lo que preveía la mayoría de los funcionarios portuarios. Sin embargo, la financiación gubernamental no se ha recuperado por completo, en medio de limitaciones presupuestarias. El resultado fue una “tormenta perfecta”, asevera Martin, conforme el alza de los volúmenes de carga agobia a los puertos que no están preparados.

Fuente: The Wall Street Journal, EE.UU.

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